A la hora de proteger nuestra propiedad, probablemente lo primero que nos viene a la mente es proteger los accesos más obvios con barrotes y rejas, conseguir cadenas y candados en caso de una ausencia más prolongada, tener una mascota que pueda alertar y defender nuestra propiedad en caso de emergencia, o incluso si nos lo tomamos más en serio, podemos pensar que lo “más efectivo y seguro” es colocar cámaras de seguridad, ya sea para “alejar a los ladrones porque sepan que están siendo grabados” o para “grabar a los culpables y que sea más fácil atraparlos”
El problema es que esas soluciones de seguridad funcionaron apenas medianamente en el pasado, y en la actualidad estamos repletos de videos de delincuentes robando un hogar o negocio sin haber sido atrapados, de noticias de hogares cuyos barrotes fueron arrancados o forzados, perros distraídos o atacados e incluso hoyos en la pared en negocios que creían tener garantizada su seguridad. Los delincuentes evolucionan sus maneras de robar, y la seguridad también tiene que evolucionar constantemente para poder seguir funcionando.

Cuando solo están siendo grabados, los delincuentes tienen muchas razones para sonreír